Pintura Bizantina
Llamada así por haberse formado en Constantinopla. La he elegido por que es muy antigua, su estilo rondeaba por el siglo VI. Sirvió casi exclusivamente del procedimiento al mosaico en muros y cuadritos de miniaturas sobre pergaminos.
La podemos distinguir por la abundancia de oro, joyas, guirnaldas, grecas y palmeras, también por su pobreza de movimiento artístico o por su presentación en dos dimensiones, quiero decir, sin perspectiva ni fondo ni juego de sombra. Es muy simple.
Las figuras de los personajes se presentan ordinariamente alargadas, en pie y con los brazos en actitud; en movimiento llevando algún objeto. La túnica o vestimenta con que aparecen cubiertos suele ofrecer pliegues rectos y paralelos, casi verticales. Pero el manto o capa los presenta más movidos y se recoge sobre el brazo izquierdo de la figura. La expresión de las personas se ostenta siempre majestuoso, tranquilo y honesto; su mirada, de frente o a la derecha del espectador; sus ojos, grandes y abiertos; sus pies, pequeños o estrechos y terminados en punta.
Es bastante común en las basílicas de Oriente la figura del Pancreátor (el Cristo en majestad) rodeado de ángeles. Pero en las de Occidente se representa más bien a Jesucristo en medio de Apóstoles o santos.
Llamada así por haberse formado en Constantinopla. La he elegido por que es muy antigua, su estilo rondeaba por el siglo VI. Sirvió casi exclusivamente del procedimiento al mosaico en muros y cuadritos de miniaturas sobre pergaminos.
La podemos distinguir por la abundancia de oro, joyas, guirnaldas, grecas y palmeras, también por su pobreza de movimiento artístico o por su presentación en dos dimensiones, quiero decir, sin perspectiva ni fondo ni juego de sombra. Es muy simple.
Las figuras de los personajes se presentan ordinariamente alargadas, en pie y con los brazos en actitud; en movimiento llevando algún objeto. La túnica o vestimenta con que aparecen cubiertos suele ofrecer pliegues rectos y paralelos, casi verticales. Pero el manto o capa los presenta más movidos y se recoge sobre el brazo izquierdo de la figura. La expresión de las personas se ostenta siempre majestuoso, tranquilo y honesto; su mirada, de frente o a la derecha del espectador; sus ojos, grandes y abiertos; sus pies, pequeños o estrechos y terminados en punta.
Es bastante común en las basílicas de Oriente la figura del Pancreátor (el Cristo en majestad) rodeado de ángeles. Pero en las de Occidente se representa más bien a Jesucristo en medio de Apóstoles o santos.
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